Mi memoria mas querida es de mi infancia, cuando yo tuve 5 años. A mi me gustaba ir con mi abuela que vivía en un pequeño pueblo de México. Un día mi abuela me regalo un patito. Yo estaba tan emocionado que no paraba de saltar de emoción. Mi abuela y yo lo llamamos rojo. Rojo y yo corríamos por todo el enorme patio que mi abuela tenía. Tuvimos tantas aventuras juntos. Al final del día, mi abuela nos daba una rica cena y nos dormíamos juntitos. Fue unos de los mejores veranos que tuve.