Answer:
Silvina: Dime, Patricio, ¿ te divertiste
anoche con Laura?
Patricio: Bueno, sí y no. Ella sí se divirtió conmigo, pero no sé si yo realmente me divertí con ella. ¿Sabes?
Silvina: Pues, cuéntame. ¿Qué pasó?
Patricio: Mira, yo conseguí mi primera tarjeta de crédito y, para impresionar a Laura, yo sugerí ir a ese restaurante caro en el centro. Ella dijo que sí. Esa noche yo me vestí muy elegantemente y…
Silvina: ¿También se vistió Laura elegantemente?
Patricio: Sí, Laura estaba muy linda. Bueno, llegamos al restaurante y el mesero nos sirvió unas copas de vino tinto. Pero entonces Laura pidió una botella de champán muy caro.
Silvina: ¿Qué hiciste?
Patricio: Pues, en ese momento preferí no decir nada, así que simplemente sonreí y no dije nada.
Silvina: ¿Qué pediste tú para comer?
Patricio: Yo pedí el pollo asado, pero ella prefirió comer la langosta y el bistec.
Silvina: ¿La langosta y el bistec? Esa chica sí que tiene gustos muy caros, ¿no? ¿Y hablaron mucho durante la cena?
Patricio: Sí, hablamos mucho y ella se rió mucho. Yo diría que durante la cena nosotros sí nos divertimos mucho. Pero cuando el mesero me trajo la cuenta, yo casi me morí de miedo.
Silvina: ¿Cuánto costó la cena?
Patricio: ¡12.000 bolívares!
Silvina: ¡Caray!
Patricio: Sí, y después de pagar la cena, Laura sugirió ir a tomar copas y escuchar música en algún bar. Pero cuando yo le dije que mi tarjeta de crédito ya no podía más, ella dijo que se sentía enferma.
Silvina: ¡No me digas!
Patricio: Sí. Es la pura verdad. Entonces, nosotros nos despedimos y yo fui a casa y me dormí en seguida.
Silvina: ¿Y la pobre tarjeta de crédito?
Patricio: ¡Yo creo que la pobre tarjeta ya se durmió para siempre!
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