A partir de la culminación de la Guerra de Sucesión en España, con la llegada al poder de la dinastía de los Borbones, comenzó en dicha nación un período de reformas estructurales tanto en la política como en la economía del Reino y sus colonias, destinadas a restaurar el poderío de España en el plano internacional tras el avance de naciones como Francia y Gran Bretaña, que habían minado la posición de predominancia geopolítica de los españoles.