Fuente de vida y de prosperidad, el río Nilo fue fundamental en el nacimiento de la civilización egipcia y marcó, al ritmo de sus estaciones, la vida de quienes habitaban en sus orillas.
La geografía del norte de Egipto permitió el surgimiento de la civilización allí hace aproximadamente 7,000 años. La rica tierra negra creada por el limo del río Nilo convenció a las tribus nómadas para que se establecieran en el área y comenzaran el ciclo de siembra y cosecha.