Érase una vez una niña llamada Gertrudis, que toda su vida había vivido en la gran ciudad Gertrudis se sentía muy triste, ella no quería hacer ese cambio, tendría que hacer nuevos amigos y abandonar todo lo que había conocido hasta ahora
Es una pena que el gerente no te ofreciera el trabajo. Sin embargo, te dije que mejoraras tu currículum y que se lo enviaras al director de la compañía. Te sugerí también que en la primera entrevista no preguntaras cuánto pagan, y no me escuchaste. Te ofrecí que tú y yo nos reuniéramos para practicar la entrevista. Es una pena que tu no hiciste caso de mis consejos.