A la fresca de junio nació, Bicho, bichín, bichón. Tras la alegría de mayo, como un ratón. Con sonrosadas mejillas y dedos muy largos. Con la sonrisa pintada ¡y el juicio ya bien formado! Así vino al mundo, tras despedirnos de mayo, el príncipe de los sabios: …Bichín… ¡Bichín Colorado! Anunciando la madrugada llegó, Bicho, bichín, bichón. Tiñéndolo de amor todo con su canción.