Answer:Seguramente que es así, si pensamos en las consecuencias que traerá para la humanidad. El futuro de la ciencia, la tecnología y la salud se moverán ahora alrededor de este proyecto que tiene ocho objetivos básicos (ver recuadro).
La salud será una de las áreas donde mayor influencia tendrá el proyecto genoma, pero, cuándo y qué podemos esperar, desde un punto de vista práctico, para el control y tratamiento de las enfermedades? Primero hay que aclarar que todas las enfermedades, en mayor o menor medida, tienen un componente genético que al interactuar con medio ambiente desencadena la mayoría de ellas.
Desde que se asilaron y caracterizaron los primeros genes los beneficios fueron limitados pero inmediatos; se comprendió cómo un gen defectuoso (gen mutado) produce una proteína defectuosa y en consecuencia funciones alteradas en el organismo.
Hoy se tienen aproximadamente seis mil genes identificados asociados con una función o enfermedad específicas.
La primera aplicación de estos resultados se ve en el mejoramiento de los diagnósticos. Hoy se pueden hacer diagnósticos prenatales y presintomáticos antes que el individuo desarrolle la enfermedad, haciendo posible intervenciones terapéuticas preventivas. Desafortunadamente, estas aplicaciones están restringidas a enfermedades muy particulares y de baja incidencia.
Sin embargo, en un futuro muy próximo se espera que las enfermedades que producen la más alta morbimortalidad en el ser humano, como son las infecciosas, cardiovasculares, cáncer, neuropsiquiátricas, autoinmunes y otras, puedan beneficiarse de un diagnóstico genético.
Un campo que se está desarrollando a partir del proyecto genoma es la genética comparativa entre diferentes organismos, lo que podría explicarnos porqué los humanos sufrimos de ciertas enfermedades mientras otros animales no, tal es el caso del chimpancé, resistente al sida y a la malaria. De estos primos evolutivos nos separa una diferencia de apenas el uno por ciento de la composición del material genético.
Y Colombia, qué? Como ocurre con la mayoría de los grandes acontecimientos científicos mundiales, Colombia es más un espectador que un protagonista. Ante esta trascendental noticia para la humanidad, en nuestro medio se difundió la opinión de los científicos, pero no conocimos la posición de los administradores de la salud y dirigentes políticos.
Desafortunadamente para nosotros, parece que estos temas fueran ficción y, adicionalmente, el tema de la violencia oculta la importancia de estos maravillosos adelantos científicos.
De cualquier manera, algunos sectores en nuestro medio se han beneficiado del conocimiento profundo del genoma. Es el caso de las ciencias forenses, donde la identificación genética humana permite, con alto grado de confiabilidad, resolver los casos de paternidad, identificación de cuerpos en desastres aéreos, desaparecidos a partir de restos óseos, violadores, etc.
En algunas instituciones oficiales están colocando una gran dosis de creatividad y esfuerzo para que Colombia no quede a la zaga en este importante campo. Tal es el caso del Instituto Nacional de Cancerología donde se están desarrollado modelos genéticos experimentales del cáncer, que podrían aportar de manera importante al proyecto genoma. Otros grupos están utilizando la información del genoma para el diagnóstico de enfermedades como la fibrosis quística, hemofilia, cáncer hereditario de seno, etc.
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