La Primera Guerra Mundial supuso un avance en la incorporación de la mujer al mercado.
Hasta ese momento había estado relegada a tareas domésticas o acompañar a su marido en los distintos actos sociales. Incluso durante el auge de la Revolución Industrial la mujer quedó relegada al cuidado de los hijos y sólo algunas – en la mayoría de los casos solteras –consiguieron entrar en el proceso productivo, pero siempre relegadas y con salarios inferiores al de los hombres.
La guerra supuso un cambio: por un lado, el reclutamiento de gran parte de la población masculina para acudir al frente, y, por otro, las necesidades industriales derivadas del conflicto bélico, atrajeron a las mujeres al campo laboral.
La Primera Guerra Mundial crea nuevos papeles para la mujer asumiendo trabajos y responsabilidades en los que antes habían estado excluidas: así, por ejemplo, las féminas que trabajaban en el sector bancario creció de unas iniciales 9.500 a casi 64.000.
La incorporación de la mujer al mercado laboral alcanza unas cifras nunca vistas hasta el momento. Además, asumen trabajos tan dispares como como deshollinadoras, conductoras de camiones u obreras en la industria armamentística. Así entre Francia y Gran Bretaña más de un millón y medio de mujeres trabajaron en fábricas de armamento; mientras en Alemania el 38% de la fábrica bélica Krupp estaba compuesto por mujeres en 1918.
Uno de los hándicaps que se encontraron las mujeres fue lógicamente la resistencia de los hombres que permanecían en las fábricas. Éstos no aceptaban de buen grado que las mujeres pudieran desempeñar con la misma efectividad algunos de sus puestos laborales. Otra preocupación que tenían es si la disminución del salario con las mujeres podía finalmente perjudicarles. Son, sin embargo, las mujeres las primeras que se movilizan pidiendo una igualación salarial por ley para evitar esta discriminación.
El gobierno francés fue de los primeros que abordó el tema: así en 1915 establece un salario mínimo para las mujeres que trabajaban en la industria textil cosiendo una ingente cantidad de uniformes militares. Posteriormente en 1917 decreta que hombres y mujeres ganen lo mismo por pieza trabajada. Aun así, pese a la intervención gubernamental, al final de la guerra la desigualdad sigue existiendo.
They might defend the constitution due to the fact it gives the U.S the rights and freedom.
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Answer:
Correct answer is C) unlike the Roman Catholic Church, the Eastern Roman Empire was based in Constantinople.
Explanation:
Option A is not correct as Church has done it multiple times. Just take for example the Crusades.
Option B is not correct as Roman Empire was ruled by the Emperor, not by the Pope.
Option C is correct. Center of the Church was in the city of Rome, while center of Eastern (Byzantine) Empire was in Constantinople.
Option D is not correct as both of them had their influence in Europe. Byzantines had influence in Eastern and Catholic Church in Western Europe.
Answer:
In economics, a market demand schedule is a tabulation of the quantity of a good that all consumers in a market will purchase at a given price. At any given price, the corresponding value on the demand schedule is the sum of all consumers’ quantities demanded at that price.
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The Pyramid of Djoser is the first Egyptian pyramid and despite claims of older pyramids being found in recent years, it is the oldest confirmed pyramid in the world.
