Single-celled organisms<span> which use asexual reproduction can </span>do<span> so very rapidly simply by </span>dividing<span> into two equal halves. This is called binary fission. In yeasts the </span>cell<span> does not </span>divide<span> equally in two halves; instead, there is a large mother </span>cell<span> and a smaller daughter </span>cell<span>. This is called budding.</span>
Boric acid, H3BO3, in aqueous solution would only give out one H+ ion. As it is also produce OH ion and by hydrolysis it produces one proton. <span>All the boron compounds (BX3) are having only 6 valence electrons in it and should follow the octet rule by taking another electron.</span>
B(OH)3 + 2 H2O → B(OH)4− + H3O
La fuerza de la gravedad depende de la masa (el peso) de cada objeto. La fuerza con que se atraen dos objetos es proporcional a su masa y disminuye rápidamente en el momento en que los separamos. De hecho, nosotros también atraemos objetos con ‘nuestra’ fuerza gravitatoria, pero pesamos tan poco que no podemos percibirlo. En cambio, el Sol es tan grande que es capaz de mantenernos girando a su alrededor a pesar de estar muy lejos. La Luna también ejerce su propia fuerza gravitatoria, pero, como es más pequeña y ligera que la Tierra, si nos pesásemos sobre su superficie veríamos que pesamos unas seis veces menos que en la Tierra.
Podríamos preguntarnos por qué la Luna no cae sobre la Tierra al igual que una manzana cae del árbol. La razón es que nuestro satélite nunca está quieto. Se mueve constantemente a nuestro alrededor. Sin la fuerza de atracción terrestre, se alejaría flotando en el espacio. Gracias a esta combinación de velocidad y distancia de nuestro planeta, la Luna siempre está en equilibrio, ni cae ni se aleja. Si se moviera más rápido, se alejaría, si se moviera con más lentitud, ¡caería!
Hemos dicho que la fuerza de la gravedad también depende de la distancia. Si nos alejásemos lo suficiente de la Tierra, escaparíamos a su fuerza de atracción. Y eso es lo que tratamos de hacer con las naves espaciales. Necesitamos superar la llamada ‘velocidad de escape’, que es aproximadamente 11,2 km/s (a esa velocidad, podríamos viajar de Londres a Nueva York ¡en tan solo 10 minutos!). Cuando un cohete alcanza esa velocidad, ya es libre para viajar por el sistema solar.
Dentro de una nave en órbita, no sentimos la fuerza de la gravedad terrestre. Los objetos no caen, sino que flotan, así que si saltas, no regresas al suelo. Es lo que les ocurre a los astronautas cuando están a bordo de una estación espacial que orbita alrededor de la Tierra.
No more solute will dissolve at that temperature, the temperature would have to be increased in order for more solute to dissolve.