Óxidos básicos: Son formados por metales. El metal presente en su fórmula puede presentar carga eléctrica +1 y +2, o sea, poseer carácter iónico. Ejemplos: Na2O (óxido de sodio), BaO (óxido de bario).
Óxidos neutros: Son compuestos por no metales. No reaccionan con agua, ácido o base, en razón del enlace covalente que une sus componentes; de ahí el por qué de ser llamados óxidos inertes. Ejemplos: monóxido de dinitrógeno (N2O) y monóxido de carbono (CO).
Óxidos ácidos: También conocidos como anhídridos de ácidos, son formados por no metales y presentan carácter covalente. En la presencia de agua, producen ácidos y en la presencia de bases, origina sal y agua. Ejemplo: CO2 (dióxido de carbono o gas carbono) y el SO2 (dióxido de azufre)
Óxidos dobles o mixtos: La combinación de dos óxidos de un mismo elemento, da origen a este tipo de óxidos. Ejemplo: magnetita (Fe2O4), unión de los óxidos de hierro (Fe) y oxígeno (O).
Óxidos anfóteros: Presentan ambigüedad, en la presencia de un ácido se comportan como óxidos básicos y en la presencia de una base, como óxidos ácidos. Ejemplos: óxido de aluminio (Al2O3 ) y el óxido de zinc (ZnO).
Peróxidos: Compuestos que poseen en su fórmula el grupo (O2)2- . Los peróxidos más comunes son formados por hidrógeno, metales alcalinos y metales alcalinos térreos. Ejemplos: agua oxigenada (H2O) y peróxido de sodio (Na2O2).